domingo, 10 de enero de 2010

1,2

1.
¿Viste cómo esta oscuro aquí? Cuánto miedo tengo. La humedad. En mis ojos que ya no parpadean. Tanto como antes. Cristofer fue un nombre que me gustó desde pequeño. Desde que lo escuché por primera vez. En Winni Pooh.
Soy diferente desde que hice pan francés. Me cambió. Di la vuelta. Solo se puede ver de noche, cuando estoy solo y Cristofer habla o mejor dicho lo recuerdo. No sé que neuronas se activan al escuchar ese nombre. Cada vez que lo escucho soy niño y tengo la vida entera. Infinita. Adelante. No detrás.

A veces quisiera que las noches como hoy no acabaran nunca y que la vida por fin fuera algo interesante. Interesante es mágico. La realidad aburre. Se repite. Cómo aburren las cosas que se repiten. Y las preguntas cuyas respuestas ya se saben: "ninguno".

Como aburren estas teclas y mirarme, escribiendo con ellas. Yo no sé cuánto tiempo pasará antes de que no pueda evitar que se note, lo que soy a veces, lo que he aprendido a no ser para ver las cosas pasar y repetirse, porque si no se repiten se acaban y tengo miedo de que se acaben. Como si el miedo que tengo no pudiera verlo en esta oscuridad.

La oscuridad no sirve de nada.

Yo me llamo Cristofer -con efe. Soy Cristofer, encantado de conocerme. Igualmente, supongo.



2.
Adviértote que todo lo siguiente no ha pasado.
Vivo lejos. Es frío aquí donde vivo, es que neva a veces. Yo estoy más pálido, delgado, por fin no siento placer alguno en comer, sensación rara en la boca, viscosa, triturar, convertir y revolver, me da asco. Tengo barba ligera, verde en mi rostro marfil. Soy atractivo, un poco más al menos. Visto un gorro negro y expiro vapor blanco de mi nariz. Aquí, lo que hago más a menudo es lo de siempre. (Quisiera que me vieras.) Y me siento en la nieve o en la tierra por dos o tres días. Aqui casi no hay sol así que no me vuelvo rojizo. Tengo seis años de no ver el color rojo. No tengo más pantallas que el cielo gris o azul. Mis pupilas se han vuelto grises o azules. Mis ojos son ahora más pequeños.

Cuando me canso de ver el cielo bebo agua, de la nieve que alcanzo a derretir en un pequeño vaso. Luego duermo y al despertar escribo en un papel algo que nunca llegará a tus manos.

Me siento mágico. Imposible. (Quisiera que pudieras verme. Así.)